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domingo, 21 de agosto de 2011

El binomio fantástico

El binomio fantástico, que propone Gianni Rodari en su libro Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias. Lo que Rodari propone es, y cito textualmente:
"Así tenemos que «en el principio era la oposición». Del mismo
parecer se nos muestra Paul Klee cuando escribe, en su «Teoría de la
forma y de la figuración», que el concepto es imposible sin su
oponente. No existen conceptos aislados, sino que por regla son
«binomios de conceptos».
Una historia sólo puede nacer de un «binomio fantástico».
Es necesaria una cierta distancia entre las dos palabras, que una sea
suficientemente extraña a la otra, y su unión discretamente insólita,
para que la imaginación se ponga en movimiento, buscándoles un
parentesco, una situación (fantástica) en que los dos elementos
extraños puedan convivir. Por este motivo es mejor escoger el
«binomio fantástico» con la ayuda de la «casualidad». Las dos
palabras deben ser escogidas por dos niños diferentes, ignorante el
primero de la elección del segundo; extraídas casualmente, por un
dedo que no sabe leer, de dos páginas muy separadas de un mismo
libro, o de un diccionario.
En el «binomio fantástico» las palabras no se toman en su significado
cotidiano, sino liberadas de las cadenas verbales de que forman parte
habitualmente. Las palabras son «extrañadas», «dislocadas»,
lanzadas una contra otra en un cielo que no habían visto antes. Es
entonces que se encuentran en la situación mejor para generar una
historia.
Llegados a este punto, tomemos las palabras «perro» y «armario».
El procedimiento más simple para relacionarlas es unirlas con una
preposición articulada. Obtenemos así diversas figuras:
el perro con el armario
el armario del perro
el perro sobre el armario
el perro en el armario
etcétera.
Cada una de estas situaciones nos ofrece el esquema de algo
fantástico.

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